Cuando se habla de un artista que aúne por igual la pintura,
el grabado y dibujo de forma excepcional, es decir, un pintor total, a los
conocedores del arte se les viene a la cabeza figuras como las de Durero o
Rembrandt. Muy pocos pensarán en Ribera. Y no obstante se trata de uno de los
gigantes del arte del S. XVII, sin duda un siglo de oro no sólo en la pintura
holandesa o española, sino de la europea.
Ribera compartió época con su principal referente (tal vez,
incluso maestro), Caravaggio. También con otros dos de los más grandes pintores
de la historia del arte: Velázquez (ambos se encontraron por dos veces en
Nápoles) y Rembrandt (consta que tuvo grabados de Ribera). De hecho,
cronológicamente, es el eslabón entre el primero y los otros dos.
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Caravaggio (1571-1610), Velázquez (1599-1660) y Rembrandt (1606-1669). Ribera (1591-1652), del que no hay retrato de su época (sólo posteriores) es, en cierta media, la conexión temporal y también estilística entre Caravaggio y Velázquez/Rembrandt |
En un siglo como el XVII, plagado de genios de la pintura,
es difícil destacar y en especial si la comparación es con estos tres titanes
del arte. Pero sí que está a la altura de otros gigantes de su época como
Rubens, Artemisia, De la Tour, Van Dyck, Poussin, Murillo, Vermeer, etc.
Sin embargo, de cara al gran público incluso a cierta
crítica, no lo está, ¿por qué? Los motivos pueden ser varios, algunos de peso y
otros realmente absurdos:
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Firma, con el adjetivo "español" |
1. La
nacionalidad: por lo general, la inmensa
mayoría de los pintores son glorias nacionales, aunque en vida lo pasaran mal
(véase los casos de Rembrandt o Van Gogh en Holanda). Ribera fue un ciudadano español
y como tal, firmaba sus cuadros en numerosas ocasiones. Pero como pintor es
claramente italiano, porque allí vivió prácticamente toda su vida y de allí
fueron sus influencias. En Nápoles, donde desarrolló la mayor parte de su
carrera, estaba muy relacionado con los virreyes españoles, que gobernaban el
sur de Italia, por lo general, con mano de hierro. La historiografía italiana,
desde muy temprano, lo defenestró. Y eso, a pesar de que dijo sentirse muy
cómodo en Nápoles, y que por nada del mundo volvería a España, a la que comparó
con una cruel madrastra. Tampoco ha ayudado el que ciertos historiadores
hispanos, para negar su evidente caravaggismo inicial, lo pusiesen como
discípulo de Ribalta, para así convertirlo en el iniciador del barroco español.
La realidad es que, en cierta medida, es un pintor apátrida, utilizado por
ciertos nacionalismos, bien para criticarle o bien para apropiárselo de forma
indebida. Los eternos debates sobre la nacionalidad de Ribera son estériles, y
flaco favor le han hecho al artista.
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Domenichino |
2. La
biografía: a Ribera no sólo se le ha puesto
como un colaboracionista con los infames gobernantes españoles del sur de
Italia, sino como el jefe de una supuesta mafia napolitana que amargaba la
existencia a los pintores que venían de afuera. Se crea así el mito de la
"Cabala napoletana", de funcionamiento claramente mafioso, liderada por Ribera, e históricamente más que cuestionable. Se llega a afirmar que envenenó
al pintor Domenichino para quitarle un gran encargo. Es decir, cae antipático a
muchos biógrafos. Sobre la vida de Ribera, hay mucho de mito, de tergiversación
y de exageración.
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Único grabado violento |
3. El
encasillamiento: es el pintor de la fealdad, de
lo horrendo, sádico que disfrutaba pintando imágenes violentas, el pintor de
los martirios de santos... Esto es lo que se suele publicar, una y otra vez,
sobre Ribera, cuestión que es radicalmente falsa. Ribera es uno de los pintores
más variados de la Europa mediterránea del siglo XVII. Al igual que todos sus
contemporáneos del sur, su obra se vio totalmente mediatizada por las
exigencias intolerantes de la Contrarreforma y, aun así, innovó de forma
asombrosa y realizó gran cantidad de obra preciosista, contraria a la fama que
tiene.
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La marca "Ribera" más famosa |
4. La
marca: si uno pone Velázquez, Murillo o
Zurbarán en un buscador, ya sabe lo que va a salir. Si se pone "Ribera", puede salir de
todo. Para huir de cierta "vulgaridad", se le añade el nombre propio,
pero según el sitio, se pone de una manera u otra: Joan Josep Ribera (como
figura en la partida de nacimiento), Juan José Ribera, José Ribera, José de
Ribera, Joseph o Josephus Ribera, o las italianizantes Giuseppe Ribera, Juseppe
o Jusepe Ribera. Como él prefería llamarse era Jusepe de Ribera, y así firma la
mayoría de sus cuadros. Para acabar de fastidiar tan mala marca resulta que,
desde bien joven, se le conoció también por un apodo, seguramente despectivo
por su supuesta corta estatura: lo "spagnoletto", que se tradujo en
España como el "españoleto", a pesar de que la traducción más
acertada sería el "españolito". Puede parecer absurdo, pero en
marketing, la marca es muy importante, también en un pintor. Si no, que se lo
digan a Picasso, que renunció al Ruiz de su padre por puro marketing.
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Gianni Papi |
5. La
complejidad de su obra: es quizás el argumento
principal para que haya cierta carencia de expertos riberescos. Hasta el año
2002, toda la obra de un anónimo pintor denominado "Maestro del Juicio
de Salomón" pasó a formar parte del corpus de Ribera. Unos 50 cuadros, que
hasta ese momento no habían sido adjudicados, engrosaron su producción, gracias al
descubrimiento del Gianni Papi, especialista en el barroco italiano. Otros
expertos han argumentado que nadie se había planteado tal hipótesis porque
parecían dos pintores totalmente diferentes. Lo cierto es que, desde muy joven,
en su etapa romana parece ser que estuvo acompañado de su hermano Juan Ribera,
también pintor. Una vez establecido en Nápoles con 25 años (de donde ya no se movería) triunfó por completo, pero en
su taller hubo multitud de colaboradores, por lo que las polémicas sobre
adjudicaciones de cuadros son permanentes. Como ejemplo, el mayor experto que
ha habido en su obra, Nicola Spinosa, se ha retractado en ocasiones de
adjudicaciones que había hecho él mismo al pintor.
Este blog pretende aportar información sobre lo publicado
sobre Ribera (biografías, artículos y catálogos), también analizar algunos de
sus obras y finalmente aportar alguna investigación, en un ámbito de "no
experto" por parte de quien todo esto escribe.
Ribera, sin duda, uno de los grandes genios de la pintura
universal, desgraciadamente infravalorado, lo merece.
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