domingo, 18 de abril de 2021

TICIO, ¿EL MEJOR ESCORZO DE LA HISTORIA?

 Obra

Ticio
Ribera. 1632. 
Museo del Prado, Madrid.
Oleo sobre lienzo. 
227 x 301 cms

Hace ya más de una década, subiendo a las salas de Velázquez del Museo del Prado, quien esto escribe se tropezó con dos cuadros ubicados en una de las escaleras centrales del edificio. Eran enormes y muy oscuros. Lo primero que pensé es que estaban en ese espacio marginal porque no tendrían la suficiente entidad para estar en una sala. Era obvio que eran dos cuadros magistrales: Ticio e Ixión, de Jusepe de Ribera. En la actualidad, pienso que Ticio es, con probabilidad, el mejor escorzo de la historia del arte, y nos sirve para iniciar el análisis de obras de Ribera.

 

·         TICIO VERSUS CARAVAGGIO

·         OTROS RIBERAS PARECIDOS

·         RIBERA Y LA VIOLENCIA

·         EL CUADRO

·         LOS DETALLES

·         EL ESCORZO: COMPARATIVA

·         TICIO EN LA ACTUALIDAD


TICIO VERSUS CARAVAGGIO

Ese lugar inapropiado donde estaban los cuadros, que impedía observarlos con una mínima perspectiva no fue óbice para que me recordaran inmediatamente a Caravaggio. La relación entre Caravaggio y Ribera, dos pintores de los que conocía muy poco, resultó ser enorme. Aunque Caravaggio hoy en día está catalogado como uno de los mayores genios de la historia de la pintura y Ribera está por debajo tanto para para público como para expertos -aunque no siempre fue así-, en este cuadro en concreto, el "seguidor" superó al "maestro". Ribera fue una especie de Caravaggio 2.0, sobre todo en sus inicios. 

Entre los cuadros de potente claroscuro de Caravaggio con tan sólo uno o dos personajes, no hay ninguno que aúne la calidad técnica y compositiva, la monumentalidad, el naturalismo, el escorzo, el dominio de la anatomía, la magia (ese águila tenuemente insinuado), el dramatismo, etc., que tiene Ticio.

Lo más similar de Caravaggio con Ticio (su único claroscuro de un solo personaje, desnudo y en posición horizontal) , puede ser su Cúpido durmiendo:

Cupido durmiendo, Caravaggio (1608, Palacio Pitti, Florencia)
Ticio, Ribera (1632, Museo del Prado)

Obviamente, no tienen nada que ver: lo que en uno es serenidad, en el otro es dramatismo. No obstante, sirve para apreciar que Ribera es deudor de Caravaggio. Antes del genio italiano, nadie pintaba con la rotundidad de esos claroscuros casi fotográficos.

RESTAURACIÓN Y EXPOSICIÓN DE "LAS FURIAS"

En el año 2013, Ticio fue por fin, retirado de "su escalera" y restaurado. Surgió, detrás del velo de barniz sobrante, un cuadro aún más alucinante. En esta noticia se describía así la restauración: "La limpieza llevada a cabo ha permitido recuperar el volumen de la figura del gigante Ticio encadenado y mostrar al espectador el recorrido, la textura y el color de la pincelada de Ribera. Al eliminar los barnices sucios y opacos, se ha incrementado la profundidad de los fondos, lo que ha devuelto la intensidad y fuerza de la obra barroca original".

En 2014, de enero a mayo, al cuadro le llegó su momento y fue expuesto en condiciones óptimas en la exposición organizada por el Prado denominada Las Furias, de Tiziano a Ribera, ambos pintores como inicio y culmen de esta serie de cuatro cuadros. Única vez que Ticio y su también magistral compañero Ixión, han sido expuestos a la altura del ojo humano, para poder apreciar toda su grandeza


Las Furias, de Tiziano a Ribera (21/01/2014 - 04/05/2014). Museo del Prado

Bajo la denominación "Las Furias" (en realidad, incorrecta porque en la mitología griega las Furias eran femeninas) se conoce a los cuadros que representan a cuatro moradores del Hades: Ticio, Tántalo, Sísifo e Ixión, condenados por los dioses del inframundo a terribles torturas. Probablemente, el Ticio de Ribera fue la estrella de esa exposición, de hecho fue la portada del catálogo editado. 

También sale de forma destacada en el bello vídeo oficial y promocional de la exposición:

Y por supuesto, también en el vídeo explicativo de la exposición, bastante más largo y muy bien expuesto por parte Miguel Falomir, actual Director del Museo y Comisario de aquella Exposición:

Este último vídeo explica maravillosamente la importancia que tuvo la temática de Las Furias durante algo más de un siglo, con una trascendencia más política incluso que mitológica. También el experto detalla la importancia en la historia del arte que tuvo esta temática muy ligada a la monarquía española. 

LAS FURIAS, SÓLO PARA GRANDES ARTISTAS

Pero, sobre todo, se destaca la importancia artística de estos cuadros, que exigían lo máximo de cada pintor. Por ejemplo, en este Prometeo, Rubens encargó a Frans Snyders, especialista en animales, para que pintara el impresionante águila: 

Prometeo encadenado
Rubens y Sneyders (1611-1618)

Por tanto, esta temática mitológica no era apta para cualquiera. Falomir, dice textualmente en el vídeo: "Las Furias se convirtió en el vehículo idóneo para representar la dificultad máxima en el arte, tanto la dificultad formal -eran enormes desnudos en escorzos inverosímiles-, como la dificultad expresiva, en la medida que representaban el más difícil de los estados de ánimos, que es el dolor”.

Tenemos así al Ticio de Ribera, como probablemente el mejor cuadro de la historia sobre la temática de Las Furias, que a su vez fue un tema que en su época enfrentaba a los artistas con la máxima dificultad posible. Conclusión: es una obra maestra, sin duda, de las mejores obras del Prado. 

OTROS RIBERAS PARECIDOS

Ribera, pintor con un corpus enorme (a diferencia de Caravaggio), gustaba de los desnudos masculinos radicalmente naturalistas y de las expresiones faciales extremas. Pintó varios cuadros mitológicos con cierta similitud a Ticio. Sin ir más lejos, el propio Prado tiene depositado en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (me pregunto que hace ahí y no en un Museo) otro cuadro de Ticio, que pasa por ser una copia de un original de Ribera: 

Otro cuadro de Ribera muy similar es el espectacular Prometeo, temática que a menudo se confunde con Ticio por su gran parecido (con águila "devorahígados" incluida):

Prometeo subastado en 2009 por 4,5 millones de euros (récord de Ribera).
En la actualidad, en colección particular

Asimismo, en el cuadro Apolo y Marsias, aparece también en primer plano una figura en maravilloso escorzo y con expresión de horror muy similar a Ticio:

Detalle de Apolo y Marsias (1637), Museo Nacional de Capodimonte, Nápoles

RIBERA Y LA VIOLENCIA

La fama de Ribera como pintor truculento, violento, incluso sádico, le ha perseguido durante siglos, incluso hasta hoy en día, encasillamiento que ha ido en detrimento de su prestigio. Esto se ha debido, por una parte, a este grupo de cuadros mitológicos similares -Ticio/Prometeo/Marsias- en los que el pintor muestra el dolor extremo. 

Hay un segundo tipo de cuadros que se suman a los anteriores para la creación de la leyenda negra de Ribera, que son los martirios de San Bartolomé, iconografía de la que realizó varias versiones. Esta seguramente es la más conocida:

Martirio de San Bartolomé, Ribera
(aprox. 1618, Colegiata de Osuna, Sevilla)

Entre los despellejamientos de San Bartolomé y Marsias, y las caras de horror de Ticio, Prometeo y el propio Marsias, se conformó el mito del Ribera violento. No hay más dentro de la inmensa obra del artista, por lo que sus cuadros "sangrientos", como se empeñaron en decir una y otra vez muchos biógrafos o críticos, son mínimos incluso anecdóticos.

De hecho, no hay prácticamente sangre en la obra de Ribera. En realidad, era un espíritu muy curioso, amante de lo raro y lo extravagante, que gustaba de llevar a los personajes de sus cuadros (y probablemente a sus modelos) a situaciones extremas, ya fuese para hacer un alarde técnico de su conocimiento anatómico absoluto o, exactamente igual, de las expresiones del rostro humano.

Entre los grabados de Ribera, son famosos los de detalles del rostro (bocas, narices, orejas...), incluso, siguiendo los dibujos de Leonardo, los de cabezas grotescas, que le permitían experimentar sobre cuestiones de dibujo no convencionales. Por ejemplo, es evidente la relación de la expresiones de Ticio/Prometeo/Marsias con este grabado de bocas del artista:

Los grabados de detalles anatómicos y cabezas grotescas conformaron un cuaderno de dibujos de Ribera, que se reprodujo de forma masiva por toda Europa durante siglos, para su utilización en la formación de otros artistas.

Por tanto, no es Ticio un ejemplo de que Ribera fuese violento, sino simplemente la demostración palpable de que no sólo era uno de los pintores capaces de hacer frente al reto anatómico y expresivo de la temática de las Furias, sino que fue de los mejores en hacerlo. 

De hecho, dentro de los "ticios" existentes se podría decir que el de Ribera es el menos violento, sangriento o cruel, porque Ribera huyó descaradamente del morbo que suponía que el águila sacase entrañas del condenado, y apenas es visible el ave en un segundo plano. Si uno quiere ver águilas destripadoras morbosas, por ejemplo, tiene que irse a el Ticio de Salvator Rosa, discípulo de Ribera y, evidentemente, artista mucho más truculento que su maestro:

La tortura de Prometeo, Salvator Rosa
(1648, Galería Corsini, Roma)

Ticio, con su compañero Ixión (no tan famoso ni impactante, pero seguramente más original), fueron pintados en 1632. Se desconoce si, como era habitual, Ribera también pintó las otras dos furias que faltan, Sísifo y Tántalo, y estas han desaparecido. 

A finales de la década de los 20 y principios de los 30, se encontraba en la plenitud de su naturalismo caravaggista, con la utilización de una luz muy contrastada que dotaba de gran dramatismo a su obra. Pero fue precisamente por la fecha en que pintó el Ticio e Ixión, cuando Ribera realizó un nuevo cambio, o de forma más correcta, una ampliación de su ya extensa variedad pictórica, hacia un pictoricismo no tan dramático y con una mayor suavización lumínica, como pude verse en el Jacob y el rebaño de Labán, de El Escorial, del mismo año, influenciada por la pintura veneciana, pero siguiendo con su naturalismo fotográfico.

Jacob y el rebaño de Labán, Ribera (1632, El Escorial, Madrid)

Tradicionalmente se ha dicho que Ribera fue abandonando paulatinamente el más estricto caravaggismo, pero lo cierto es que a partir de la década de los 30, enriqueció temáticas, luz y colorido, sin abandonar el claroscuro cuando así lo consideraba.

LOS DETALLES

Vale la pena analizar algunas genialidades del Ticio. Lo primero que hay que decir es que Ribera, siguiendo la estela de Caravaggio, humanizó por completo tanto a los seres mitológicos como a los religiosos de sus pinturas. El modelo escogido, al igual que probablemente la mayoría de sus cuadros de hombres, sería alguna persona que Ribera seleccionó por las calles de su querido Nápoles. Lo plasmó con un naturalismo insuperable (me pregunto si le hizo posar en esa postura insoportable durante mucho tiempo). Como ejemplo del realismo fotográfico del artista, podríamos iniciar el análisis en el absoluto verismo del vello del pecho. Otros detalles: 

 


1. Pies: en Ribera hay que fijarse en los detalle. Por ejemplo, es -al igual que Caravaggio- un fiel "reproductor" de las uñas. En su obra se pueden ver uñas sucias, rotas, mal cortadas, etc. Exactamente lo que estaba viendo. También plasma las deformaciones de los dedos o del propio pie. Estos pies de Ticio son lo más lejano al espectador en el cuadro, por eso están en penumbra, pero aún así, se aprecia la genialidad de su naturalismo.  



 



2. Águila: la sutileza del águila, que apenas se vislumbra en el oscuro fondo, es de un realismo mágico y, a pesar de que se camufla, su mirada es aterradora. Es justo lo contrario al cuadro de Rubens de más arriba, en el que el águila adquiere casi más protagonismo que el hombre




3. Herida: a diferencia de otros "ticios/prometeos", en los que el artista refleja una carnicería para ahondar en el horror (ver el Prometeo de S. Rosa que vino desde Roma a la exposición), Ribera opta por una sutil herida de la que sale una fina entraña. Al igual que el águila, quiere que el espectador se centre en la perfección del escorzo y expresión de la cara, sin más.

 

 




4. Cabeza: a lo largo de la historia, otros cuadros han intentado plasmar dolor y sufrimiento extremo (por ejemplo la famosa Cabeza de Medusa de Caravaggio). Es difícil encontrar en la historia del arte una cabeza con mayor expresión de dolor que ésta. Se ha girado, para apreciarla desde otra perspectiva donde se aprecia con mayor facilidad la perfección de las arrugas.

 

 



5. Manos: exactamente igual que el rostro, no hay en la historia de la pintura -en el ámbito del naturalismo, realismo e incluso del hiperrealismo- manos mejor pintadas que éstas, anverso y reverso además. 

 

 

 

 

 


6. Anatomía: en el brazo, es donde mejor se puede apreciar la influencia de Caravaggio en la utilización del claroscuro. Esas sombras que producen la musculatura del brazo, que se funden con la oscuridad del fondo, nos recuerda permanentemente al genio italiano, y sólo Ribera se le puede comparar en el logro de unos cuerpos tan reales y perfectos.

 

 

 

 


EL ESCORZO: COMPARATIVA

La figura humana es una de las cuestiones más difíciles de la pintura, y si esta figura es en escorzo (es decir, no se pinta de manera casi frontal sino en perspectivas muy forzadas, de tal forma que unas partes del cuerpo parecen más próximas al espectador que otras), ya la complicación es máxima.

Si hay una cuestión a destacar en Las Furias, en general, y en Ticio en particular es -tal como decía Falomir- los "inverosímiles escorzos" de estos personajes, que se usaban para plasmar el horror de sus castigos. 

El escorzo de Ribera es magistral, basada en una perfección anatómica de una postura inverosímil y forzada con una perspectiva violentísima, en la que es totalmente creíble que entre el primer plano (la mano derecha) y el último (el pie izquierdo) debe haber un mínimo de metro y medio real. 

Para el realismo de esta profundidad en el cuadro, Ribera suma otra cuestión no tan frecuente en otros escorzos magistrales de la historia: la degradación lumínica típica del claroscuro caravaggista. Nos ofrece, por ejemplo, unos pies apenas insinuados en la penumbra; la cadera con una luz intermedia, mientras el hombro está resplandeciente, lo que potencia aún más el ilusionismo óptico del escorzo. 

Variaciones lumínicas de pie, cadera y hombro del Ticio de Ribera

Veamos aquí algunos cuadros míticos de escorzos de la historia de la pintura, en la que no es tan evidente la utilización de la luz para potenciar el escorzo:

Lamentacion sobre Cristo Muerto (Mantegna): tras la pintura románica y gótica (muy frontal), es el primer gran pintor conocido por sus bellísimos escorzos en pleno Renacimiento. Este cuadro ha tenido enorme influencia en la historia de la pintura, y no hace falta mucha explicación para entenderlo.

Separación de las aguas y la tierra (Miguel Ángel): la Capilla Sixtina está plagada de figuras en escorzos, como ésta. Miguel Ángel representó un paso de gigante tanto en el escorzo como en muchos otros ámbitos de la pintura.

Conversión de San Pablo (Caravaggio): tan revolucionario como Miguel Ángel -o más- fue Caravaggio, que dentro de su naturalismo extremo, consiguió escorzos "fotográficos" desconocidos hasta ese momento, incluyendo aquí el San Pablo y el propio caballo. Caravaggio no hizo muchos escorzos, pero los que hizo son perfectos.

El origen del mundo (Courbet): obviamente, uno de los cuadros más polémicos de la historia. Si aún choca, imagínense hace siglo y medio... Ha estado prácticamente escondido hasta nada menos que 1995. Hoy en día es una de las estrellas del maravilloso Museo de Orsay, en París. Más allá de lo impactante, es un escorzo también perfecto.

Amantes 2 (Shiele): otro pintor cuasi pornográfico -en ocasiones-, que llevó el escorzo a la pintura de vanguardia, y con unos niveles de originalidad y simplificación desconocidos. Posee gran cantidad de desnudos femeninos y masculinos (algunos son autorretratos) en escorzos muy expresivos y magistrales.

La Bella Rafaela (Tamara de Lampicka): los maravillosos desnudos de Lampicka, figura culmen del Art Decó, consiguen mediante suaves degradados de luces y sombras, una profundidad espléndida.


Cristo de San Juan de la Cruz (Dalí): empezamos con un Jesucristo yaciente y terminamos con otro crucificado. Cuadro mítico e hipercomercial de Dalí, reproducido hasta el aburrimiento. No obstante, no deja de ser un escorzo extremo y perfecto, ofreciendo además una imagen inédita de una iconografía, la crucifixión, de las más pintada en la historia.

Estos siete cuadros (tres anteriores y cuatro posteriores a Ticio) son una auténtica maravilla, y probablemente debido a la utilización del escorzo, son insuperables en el ámbito de lo espectacular, o lo polémico, o lo novedoso, incluso en su fama. Pero es evidente que el Ticio de Ribera no se queda atrás, y no hay escorzo en la historia de la pintura más dramático, dinámico y expresivo.

TICIO EN LA ACTUALIDAD

Presentación óptima (Las Furias, 2014)
a la altura del ojo humano
Tras estar exhibidos durante tiempo en la escalera central, tras la exposición de Las Furias de 2014, hubo opiniones que demandaban -dada la incontestable calidad del cuadro- una mejor ubicación. Por ejemplo, esta opinión, fruto de la exposición de Las Furias, de la comisaria, crítica y gestora cultural Isabel Tejeda Martín, en concreto sobre el Ticio de Ribera: "No deseo terminar sin citar la tríada de piezas que generan las tensiones más interesantes de la muestra. El Sísifo de Tiziano, un Prometeo de Rubens y Snyders (...) y, sobre todo, el Ticio de Ribera. Este último cuadro, perteneciente a la colección madrileña, sobresale pictóricamente a mi juicio del resto de obras (...). Sería pertinente que, tras esta muestra, el Prado encontrara una localización apropiada para esta impresionante pintura". No es poca cosa superar a Tiziano, Rubens y demás maestros de la pintura que estuvieron en aquella exposición.

Ticio en la Rotonda de Goya del Prado

Desde entonces, el cuadro se expone en un sitio digamos “más noble”, la rotonda de la puerta de Goya del Museo del Prado. Cuelga a una considerable altura, que impide apreciar su genialidad, porque además, este espacio no es expositivo, sino de paso. Si uno quiere alejarse para ver el cuadro con cierta perspectiva, se encuentra con una columna en medio. 

El cuadro debería ser expuesto, junto a su maravilloso compañero Ixión (del que hablaremos en otra entrada específica), en sala, por mucho que Ribera los pintara probablemente para ver a cierta altura. Nunca lucieron tan grandiosos y espectaculares como en la exposición de Las Furias, a la altura de cualquier cuadro normal.


El Prado sabe que en esta pareja tiene dos auténticas joyas de su impresionante colección (y más a raíz de la exposición de Las Furias), prueba de ello es el transgresor cómic sobre Ribera que encargó a dos prestigiosos autores, Altarriba & Keko, presentado en enero de 2017.

Página 11 del cómic

Keko y Altarriba, autores.
El Periódico de Aragón

La historia ficticia gira alrededor de la búsqueda de Sísifo y Tántalo, que serían los que faltan para completar la serie completa de las Furias. Al Ticio se le da tal protagonismo que incluso figura la foto del cuadro dentro del cómic. La presentación se efectuó debajo del imponente cuadro.

El Museo del Prado tiene un problema con Ribera. Saben que tienen una colección impresionante de este autor, con más de una cincuentena de cuadros no todos están expuestos. Les interesa destacarlo como el iniciador de la supuesta escuela española del barroco pero, aunque valenciano de cuna, es un pintor básicamente italiano. Es más, si quitamos a Caravaggio (a caballo entre los siglos XVI y XVII), es probablemente el más importante pintor del "seicento" italiano, lo cual chirría con el intento de colocarlo en la escuela española. 

La conclusión es que no saben muy bien que relevancia darle, y claro ejemplo de esto, es la inadecuada localización de Ticio Ixión. Esperemos que en próximas restructuraciones de la colección, esta pareja de cuadros magistrales del Museo esté mejor ubicada.

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